Cada día en España, miles de personas se levantan con una única preocupación: ¿seguiré teniendo techo mañana? Mientras tanto, en cada ciudad del país —de Madrid a Barcelona, de Valencia a Bilbao— se multiplican las viviendas cerradas, vacías, olvidadas por años. Un país con millones de viviendas sin uso y miles de personas sin hogar ha perdido el sentido común.
Casas sin gente y gente sin casa: la gran paradoja española
En Valencia hay más de 37.600 viviendas vacías. En Ibiza, hay familias viviendo en caravanas, en asentamientos improvisados. ¿Cómo puede ser que en una isla famosa por sus mansiones de lujo haya niños durmiendo en coches?
Ejemplo real:
Una madre soltera en Málaga duerme en el sofá de una amiga junto a sus dos hijos. Le piden más de 1.000 euros por un alquiler en un edificio sin ascensor. El sueldo no le da. Los servicios sociales no responden. ¿Qué harías tú en su lugar?
España alza la voz: protestas por la vivienda en más de 40 ciudades
El 5 de abril de 2025, decenas de miles de personas salieron a las calles. Bajo el lema «Acabemos con el negocio de la vivienda», se exigió justicia habitacional. En Barcelona, Madrid, Bilbao, Zaragoza, Valencia… la indignación se convirtió en marea. Una marea que no pide limosnas, sino derechos.
La juventud, la clase trabajadora y los mayores: todos golpeados por la misma piedra
Una joven de 25 años en Madrid compartiendo piso con desconocidos por 600 euros al mes. Un jubilado con pensión mínima amenazado por un fondo buitre. Una pareja con hijos rechazados por diez agencias en un solo día. No son casos aislados. Es una epidemia.
Viviendas vacías: el agujero negro que nadie quiere mirar
En toda España, se calcula que existen más de 3 millones de viviendas vacías. Algunas sin herederos. Otras olvidadas. Y muchas bloqueadas por bancos o fondos de inversión. ¿Para qué sirve una casa vacía? ¿Para especular mientras la gente duerme en la calle?
Lo que el Estado no hace (pero debería hacer ya)
- Imponer un impuesto real a las viviendas vacías de más de dos años.
- Expropiar legalmente inmuebles abandonados sin herederos.
- Crear un banco público de viviendas sociales.
- Penalizar la especulación inmobiliaria.
- Incentivar alquileres asequibles con protección legal para los pequeños propietarios.
Ocupación: ¿delito o legítima defensa?
Si una familia entra a vivir en una vivienda que lleva 10 años vacía, sin herederos, sin uso, sin mantenimiento, se le llama delincuente. Pero si un fondo extranjero compra 300 pisos y los mantiene vacíos para subir el precio del mercado, se le aplaude por “crear valor”.
Este doble rasero es inaceptable. ¿Quién está realmente robando? ¿El que vive o el que impide vivir?
La vivienda es dignidad, salud mental, libertad
No venimos a este mundo a hipotecarnos 40 años o a malvivir en una habitación compartida por 800 euros. La vida es corta. No vivirás 200 años. Pero sí puedes vivir con dignidad. Y vivir empieza por un hogar seguro. No un refugio precario. Un hogar.
Basta de excusas. Basta de mirar hacia otro lado
La sociedad necesita despertar. El derecho a la vivienda no se mendiga: se exige. Y si el sistema no responde, se desobedece. Porque la ley que protege la injusticia es inmoral. Porque ningún gobierno decente permite que haya pisos vacíos mientras sus ciudadanos duermen en la calle.
No estamos pidiendo milagros. Estamos pidiendo sentido común.